- Ruth, yo...yo no puedo olvidarte. Y lo siento, joder...lo siento. ¿Por qué no me mandas a la mierda?
-Deberíamos mandarnos mutuamente. Contesté cabizbaja, en un susurro apenas perceptible.
Nos fundimos en un abrazo.
Quizá no sea la declaración de amor más bonita que hayais escuchado. Quizá ni siquiera pueda considerarse una declaración de amor. Pero dadas las circunstancias del momento, significó todo.
No todos los principios son fáciles. Y este fue especialmente difícil.
viernes, 22 de mayo de 2009
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La intensidad de esos momentos es lo que hace que la Tierra siga dando vueltas.
ResponderEliminarCarla
Intimissimo Aranda