lunes, 18 de mayo de 2009

Le plus beau du quartier

Ayer, día redondo. Como un donuts, o como un preservativo, según tengas necesidad de uno u otro aspecto fisiólogico a estas horas.

Celebramos la comunión de mi primito. Toda la familia guapísima con su ropa de estreno. Los hombres afeitados, las mujeres de peluquería. En fin, todo el mundo ha estado en una comunión.

En lo que a mi respecta, tras verme en el espejo mi moral subió como la espuma. Vestido color champán y beige con piedrecitas, ceñido, por encima de la rodilla, apertura a la altura del pecho en forma de gotita... Melena ondulada muy desenfada, con un toque exótico.

Oye que todos los días no va una así de arreglada, monísima, estupenda.No te dicen guapa un millón de veces.No se te quedan mirando ojipláticos, ni... (Bueno Ruth, venga ya está, que para estas cosas tienes a tu madre. :P)

Bromas aparte, lo mejor vino tras la celebración. Empezaba otra fiesta. Esta mucho más personal, reservada sólo para dos personas. Nada. Nada quedó de mis tirabuzones.

PD: El título de la entrada es una canción de Carla Bruni. Para esos días en que te sientes bien. Escuchadla si teneis ocasión.

http://www.youtube.com/watch?v=QmZKf_oKe84&eurl=http%3A%2F%2Fwww%2Etuenti%2Ecom%2F&feature=player_embedded

1 comentario:

  1. Para mi las comuniones no suelen ser una de las reuniones faimiliares que más me gusten. Pero si te lo planteas como tu nos lo cuentas, esmerandote un poquito con un vestido nuevo y un buen peinado, puede que cambie de opinión. Sobre todo si al final se puede disfrutar de un postre que te despeine.

    Carla

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